“Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios” – Confucio -.

Como concepto general nada es permanente. Las instituciones, las personas, la naturaleza, las estructuras, todas las cosas cambian y cambian y vuelven a cambiar. Es una pérdida de tiempo y esfuerzo intentar evadir los cambios. Quien no cambia tiende a su extinción. Querer frenar los cambios genera desdicha e insatisfacción porque son inevitables. Te guste o no los cambios son, están y seguirán. El cambio ocurre y no cesa, anticípate y prepárate. Focalízate desde su inicio en adaptarte rápido.